Transición de fase (bifurcación, punto crítico o de inflexión)

El cambio de contexto puede inducir un cambio cualitativo espontáneo del sistema que conlleva que el estado, previamente estable, pase a ser inestable. A veces, el contexto desestabiliza. Cerca de estos puntos críticos, de inflexión o de bifurcación, una perturbación minúscula es suficiente para iniciar el cambio cualitativo. En el momento en que ocurre la inestabilidad del estado previamente estable, se inicia un proceso que mejora el cambio inicial (perturbación). Este proceso se llama retroalimentación positiva. Quizá el ejemplo más popular sea la transición entre los estados sólido, líquido, gaseoso y plasma (ionizado). Las avalanchas son otro ejemplo de este proceso. La magnetización y los cambios de los sistemas sociales o los ataques de guerra y rebelión son ejemplos adicionales. En todos estos casos, se necesita una perturbación física o social muy pequeña para desencadenar la retroalimentación positiva.

Las fases de transición duran poco tiempo en comparación con la tasa de cambio del contexto. Por ejemplo, la formación de un nuevo orden social puede tomar algunos meses o años, mientras que la evolución del contexto que provocó ese cambio puede durar decenas o cientos de años. De manera similar, la creación del movimiento de agarrar puede tomar varios cientos de milisegundos, mientras que nuestro objetivo de coger un vaso (es decir, el cambio de contexto) puede llevar varios segundos o más. Durante estos procesos rápidos, hay una reorganización cada vez mayor de los componentes involucrados en el proceso. En avalanchas es la distribución de la nieve, en magnetización es la orientación microscópica de los momentos magnéticos y durante los cambios sociales es el reordenamiento de los estratos sociales, las actitudes y los valores. Lo que sucede en nuestro sistema neuromuscular durante el inicio de cada movimiento es una activación creciente (retroalimentación positiva) de las unidades neuromusculares con el fin de alcanzar una fuerza muscular adecuada para superar la inercia de la extremidad.

Dependiendo del contexto, la retroalimentación positiva se convertirá en su opuesto: la retroalimentación negativa. La retroalimentación negativa suprime el cambio inicial y devuelve el sistema a su estado estable. Detiene la reorganización creciente de los componentes del sistema característicos de la transición de fase. Es responsable de alcanzar el grado de estabilidad del sistema. Suprime cualquier perturbación que amenace la estructura/comportamiento estable existente. La generación de un nuevo estado de la materia, de avalanchas, de cambios sociales y de movimientos biológicos, se detiene cuando la retroalimentación negativa para el reordenamiento de componentes adicionales que apoyaron el proceso. Por ejemplo, un comportamiento individual o social (institucional) que es estable, en algún contexto social se restablecerá rápidamente, incluso si el gobierno estatal intentó inicialmente imponer algún otro comportamiento por parte del legislativo. La retroalimentación negativa (recuperación del estado estable) se realiza mediante el campo colectivo (social) que corrige cualquier componente individual que se desvíe (presión de los compañeros, conformidad).

Robert Hristovski 12.05.2016

Traductora: Maricarmen Almarcha